El futuro de las casetas de feria es incierto porque no hay relevo generacional. Una imagen vale más que mil palabras y la del multitudinario botellón en la Torre Lucía habla por sí sola. Los jóvenes tienen en el ferial su escenario habitual y, por cierto, el único autorizado, pero no han renunciado a hacer el botellón aunque para eso hayan huído cada noche al recinto donde se reunían antes, pese a que está prohibido por la Ley de Ocio y Convivencia de la Junta.

Por eso, los vecinos, que ya habían avisado conscientes de lo que se les avecinaba, no han dejado de quejarse estos días mientras los agentes de la policía local, a título particular, confesaban que no podían dar a basto pese al refuerzo de personal que siempre hay por ferias.

NOSTALGIA EN EL SOMBRERO La excepción confirma la regla porque donde también hubo lleno total fue en la caseta joven del ferial que nada tiene que ver, ni en su ubicación, con las tradicionales de las peñas de feria. Pero si aquella parece más una macrodiscoteca, algunas de éstas se han apuntado a prescindir, por momentos, de la orquesta en favor de un DJ. Es el caso de La Gárgola, si bien en un año ha pasado de cien socios a treinta.

Curioso es también que la orquesta que tanto éxito cosechaba en La Gárgola, este año en la caseta municipal apenas ha tenido público. Lo que ha sido la tónica general pese a que la Diamante Show Band y la Princesa de la municipal eran de lo más entretenida. Como la Arco Iris de Magenta, donde, por cierto, anoche actuó Pastora Soler.

Donde hubo un rincón para la nostalgia fue en la peña del Sombrero, que a sus 35 años de vida montó un panel con fotografías ya históricas de sus socios.