Hartos de soportar actos vandálicos y ruidos de madrugada a la puerta de casa sin que el ayuntamiento tomara medidas de orden público, la comunidad de propietarios de Céntrica I ha optado por cerrar con una valla metálica el acceso a la misma mientras que el consistorio acaba de advertirles de que es ilegal, por lo que tendrán que retirarla, ya que se puso sin permiso y sobre un espacio público.

"No puede autorizarse aprovechamiento privativo del dominio público", avisa el requerimiento municipal. "Pero bien que autoriza los numerosos actos de vandalismo que nos llevaron a hacer el cerramiento, por cierto, sin licencia, porque la pedimos por escrito, pero como no nos contestó nos vimos obligados a instalarlo por motivos de seguridad de los vecinos", replica un portavoz, quien se pregunta que si es público "por qué el consistorio no limpia la zona, sino que lo hacen los vecinos".

Ambos argumentos forman parte de las alegaciones presentadas por la comunidad de propietarios de los bloques 4, 8 y 13 de Julián Besteiro, donde también dibujan un panorama descorazonador, con fotografías incluidas, de todo tipo de basuras, botellas rotas, destrozos en los azulejos y las placas de pladur o pintadas, además del ruido y el escándalo de cada noche en los soportales, donde había además carreras de motos. Tales fueron los motivos por los que la comunidad alega haber realizado el cerramiento tras numerosas llamadas de queja a la policía local.

Ante esta denuncia, la edil de Urbanismo, Mónica García, dijo desconocer esas protestas porque éstas llegan a la concejalía de Seguridad Ciudadana, aunque indicó: "Desde el punto de vista urbanístico tendrán que quitarlo porque ni tiene licencia ni se puede cerrar el acceso a un espacio público aunque, por supuesto, pueden hacer las alegaciones que creen oportunas".

De hecho, en sus alegaciones piden permiso para cerrar, al menos, por las noches visto que desde que está la verja han disminuido las molestias. No obstante, no han desaparecido del todo, ya que la semana pasada hubo quien rompió a botellazos la ventana de un casa al arrojar litronas contra una fachada.

"Esta comunidad --alega-- no se niega en ningún momento a reconocer dicho espacio como público, abierto y accesible, pero con ciertas limitaciones de horario y con un cierto control que permita a los vecinos vivir con seguridad y tranquilidad, ya que por las noches el escándalo y el vandalismo aumentan de manera considerable".