El espacio más visitado por los alumnos del colegio Miralvalle ya no es el patio sino la biblioteca. Sus responsables han conseguido transmitirles el gusanillo de la lectura con diversas actividades que no hacen de los libros una obligación sino una diversión y una oportunidad para aprender y vivir otras vidas. Por sus magníficos resultados, el colegio recibió el fin de semana uno de los premios a la animación de la lectura que otorga la Junta de Extremadura.

Pero el proyecto no consiste sólo en hacer leer a los alumnos sino que también comprende la organización de la biblioteca y su automatización, como explicó el director del centro, Antonio Tejero. Así, los profesores han comenzado por enseñar a los niños a utilizar una biblioteca, a buscar documentos y a manejar el ordenador y cada uno tiene su propio carnet para hacer uso de ella cuando quiera. En total se han realizado 700 para alumnos y profesores.

Leer con los padres

Pero la base es la animación a la lectura y para conseguirlo han puesto en marcha diversos programas como Leer en familia , que consiste en implicar a los padres con el fin de que sigan el hábito de lectura de los hijos: "Les pedimos que dediquen diez o quince minutos diarios a leer en voz alta con los hijos porque la lectura no se enseña con órdenes sino compartiendo con ellos, es tiempo de estar juntos y gracias al libro tienen la oportunidad de transmitirles valores".

Además, ahora han decidido aprovechar la exposición de Los Millares de Las Claras para viajar al pasado gracias a un conjunto de libros de la prehistoria que han recopilado de la biblioteca municipal. Incluso, han decorado la entrada de la biblioteca como una cueva rupestre como ambientación.

A esto se une también el programa Cinco semanas en cómic , donde los niños aprenderán sus entresijos no sólo con libros sino también gracias a un dibujante de cómics que ha buscado el colegio. Según explicó Tejero, "el fin es formar un lector polivalente que pueda leer distintos tipos de texto y en distinto soporte".