Dos años después de que el ayuntamiento anunciara por primera vez su intención de cerrar la escombrera municipal, ésta sigue abierta. Entonces, el concejal de Medio Ambiente, Miguel López Bueno, habló de clausurarla para controlar su uso dado que se ha convertido en un vertedero incontrolado y está saturada. Según la normativa de la Junta, debería estar sellada desde el año pasado, pero el edil lleva meses posponiendo el cierre con el argumento de que aún negocia la apertura de una nueva.

El mismo concejal ha reconocido que es ilegal, lo que ya ha denunciado la federación de la construcción (Pymecon), que ha pedido una nueva donde poder llevar los escombros de las obras. También los colectivos ecologistas se han unido para reivindicar el cierre dada la proximidad de la escombrera con el monte protegido de Valcorchero.

De hecho, este verano un fuego saltó al monte y quemó una gran cantidad de arboleda. Además, al estar saturada, han aparecido otras ilegales.

JUSTIFICACIONES López Bueno anunció en marzo que estaba negociando con Pymecon y varias empresas la creación de una nueva, aunque tras reunirse con el director general de Medio Ambiente en mayo, advirtió de que esta era una responsabilidad de los industriales y después, ha venido retrasando el cierre porque seguía abierta la negociación.

Para IU, que también ha pedido en varias ocasiones el cierre, esto demuestra "dejadez y apatía", por lo que ayer propuso como solución crear una planta de reciclaje de residuos de construcción y urbanos gestionada por el ayuntamiento.

Según su plan, el consistorio cobraría un canon a las empresas y crearía 25 empleos y recuperaría la inversión con la venta de los residuos tratados. Es una idea que su responsable, Luis Ranilla, no transmitirá personalmente al edil, porque "para que no haga nada, preferimos contárselo al ciudadano".