Ese es el cambio que va a experimentar en euros la concejala Josefa Pérez Camisón porque de cobrar un sueldo neto de 1.800 al mes por la dedicación exclusiva que le concedió el PSOE como delegada de Policía Local, Tráfico, Mayores y Mujeres, su nueva condición de concejala no adscrita va a limitar sus ingresos vía municipal a 321,30 por pleno ordinario y 158,10 por cada sesión extraordinaria que pueda convocarse.

No hay más porque Josefa Pérez Camisón no ha llegado a tiempo, como Raquel Puertas, de buscarse un retiro en el grupo municipal mixto donde todavía se cobra por asistencia a las comisiones informativas. La Ley ha dado carpetazo al grupo mixto y ha creado la figura de concejal no adscrito precisamente para cerrar el grifo a los tránsfugas. Por eso mismo la Ley tampoco permite acceder a la alcaldía o a concejalías liberadas a los ediles no adscritos en el caso de una hipotética moción de censura.

Lo que dificulta esa hipótesis en el ayuntamiento placentino a juicio de los escépticos, que se preguntan si no habrá otras contraprestaciones. De momento, la nueva edil tránsfuga sólo podrá hacerse oír, por Ley, en el pleno porque todo debate anterior en las comisiones le está vetado al no pertenecer a grupo municipal alguno.

La cuestión pecuniaria ha sido también un arma arrojadiza del portavoz municipal del PSOE, Pablo Sánchez del Mazo, contra Josefa Pérez Camisón, porque antes de que renunciara ayer, a media mañana, le espetó públicamente: "Sorprende que esta señora se va del PSOE, pero no dimite de sus concejalías y sigue cobrando sus 300.000 pesetas de las de antes de las arcas municipales".