Si hay unos espacios donde desde hace semanas se viene hablando de la paz son los colegios de la ciudad. Cada 30 de enero, con motivo del Día de la Paz y la No Violencia, sus alumnos, profesores y padres que colaboran conmemoran la festividad. Primero trabajan la paz en actividades internas y, como colofón, realizan un fin de fiesta que unos deciden celebrar de puertas para adentro y otros lo hacen visible por las calles.

Así, ayer en muchos colegios hubo música, hubo bailes y canciones, poesías y manifiestos por la paz.

Como ejemplos, el colegio público del Pilar celebró actividades en el interior del centro. La semana pasada se trabajó el tema a través de la biblioteca y el cuento El hombrecillo de papel y ayer, leyeron un manifiesto dedicado a las personas refugiadas, formaron un gran sol con rayos blancos como símbolo de la paz y hasta soltaron palomas. Todo el centro participó.

Como ejemplo de colegio concertado, el Madre Matilde salió a la calle y recorrió la calle Coria, Zapatería, la plaza Mayor y la puerta del Sol con una pancarta y globos. Además, fueron poniendo pegatinas a todas las personas que se iban encontrando durante el recorrido.

Terminaron en la plaza Mayor, donde su manifiesto por la paz y sus «¡que viva la paz!» resonaron en quienes pasaban por la zona. En definitiva, educación en el respeto y la no violencia para lograr un futuro con menos conflictos bélicos.