Una veintena de veces en lo que va de año han robado a un comerciante con varias tiendas en el centro. Es solo un ejemplo de lo que desde los comercios califican de "continuo", los pequeños hurtos que muchos no denuncian ya por aburrimiento y son obra de viejos conocidos de la policía.

Esta misma semana, Kiddy´s Class ha sufrido el tercer robo del último mes, que se saldó con la detención del autor y la recuperación de las prendas. Fueron la encargada y las empleadas quienes se dieron cuenta y "apenas se llevaba dos sudaderas, pero al final le obligamos a que las pagara", cuenta la encargada.

El trastorno en este caso fue mínimo y así son en su mayor parte los hurtos que sufren, pero el problema que denuncian es que "esto es el pan nuestro de cada día", en palabras de un empleado de Rodiel. "Son veinte tíos que se dedican a robar y cada mes entran en la tienda un par de ellos", dice un comerciante que prefiere no identificarse.

Por eso, aunque en algunas tiendas dicen haber notado más presencia policial desde hace un tiempo, en general se quejan de que falta vigilancia. "Aquí no vigila nadie. Nosotros mismos nos tenemos que defender. En la mayoría de los casos, nosotros recuperamos la mercancía porque cogemos al tío y lo metemos en la tienda hasta que la suelta".

Hay comerciantes que han sufrido ya tantos hurtos que ni denuncian: "Son tantísimos robos que los resolvemos nosotros. Yo tengo más de cuarenta denuncias, pero se declaran insolventes y no recibes nada".