El calor enfría las compras de otoño. Por eso las primeras lluvias están librando al comercio de la caída de ventas experimentada desde agosto, que la asociación de la zona centro calcula en un 15%, y los comerciantes confían en salvar la campaña antes de que lleguen las rebajas de enero.

Lo cierto es que nunca llueve a gusto de todos y es que septiembre y la primera quincena de octubre han sido tan calurosos que hasta ahora no se han empezado a vender la ropa y el calzado de invierno. "Para muchos de nosotros --afirma un portavoz de la asociación de comerciantes-- éste ha sido el peor octubre que hemos conocido y la caja ha bajado hasta un quince por ciento con respecto de la misma temporada del año pasado".

Y EL EURO La asociación señala que el parón desde agosto ha sido generalizado aunque ha afectado principalmente a los sectores del calzado y textil. "Pero esto no pasa sólo en Plasencia --insisten-- es que la gente no se anima a comprar nada de abrigo mientras no haga frío ni una bota mientras vayan en chanclas".

Pero el euro también tiene parte de culpa. "Aún no estamos preparados para la nueva moneda" aunque la asociación lo atribuye también al endeudamiento de las familias y a la masificación de los negocios. Aunque la temporada de lluvias está remontando la situación, la asociación advierte de que "muchos negocios van a perder dinero este invierno porque para que una temporada funcione, es imprescindible vender en octubre".

La esperanza generalizada está en la campaña navideña y antes de que lleguen las rebajas de enero. El portavoz de la asociación hizo hincapié en el carácter autónomo de estos profesionales para reclamar de la administración ayudas ante situaciones como ésta. "Igual que hay ayudas para los sectores siderúrgico o ganadero, la administración debería ayudarnos también a nosotros a paliar las pérdidas, lo que deberían de pedir a nivel nacional las federaciones de comerciantes".