Primero, los vecinos de la calle Leonor de Plantagenet guardaron silencio al desconocer el proyecto detallado de las escaleras mecánicas. Una vez hecho público, se multiplican las opiniones de los residentes de la calle en contra. Ahora, una comunidad de vecinos ha comunicado por escrito al ayuntamiento el acuerdo de "ejercitar cuantas acciones judiciales y extrajudiciales haya lugar en Derecho a los efectos de impedir que sobre la estructura del edificio se levante una escalera mecánica". Además, han solicitado audiencia con la alcaldesa.

Esta comunidad recuerda al gobierno que "pretende sustentar la estructura de la nueva construcción sobre un edificio de propiedad privada, sin el previo conocimiento ni consentimiento expreso de la totalidad de copropietarios del edificio".

Además, critica que la estructura, que alcanzará en algunos puntos los cuatro metros de altura, "dividirá la calle en dos mitades o callejones", con lo que modificará las alineaciones, cotas y rasantes y supondrá "un impacto visual intolerable". Esto les preocupa además porque consideran que será "un gravamen sobre las actuales luces, vistas y accesos" y al ser una escalera sin descansos hasta Arias Montano, "imposibilitará la comunicación horizontal entre las dos fachadas del edificio" y, por tanto, el acceso a cuatro locales, cuatro entradas a garajes y un portal de viviendas.

La concejala de Urbanismo y presidenta de UPEx, Victoria Domínguez, ya ha advertido que afectará a la estructura del edificio y es lo que también piensan los vecinos, que señalan que la estructura del inmueble está atravesada por una junta de dilatación que el proyecto pretende unir "mediante la colocación de una estructura rígida".

Además, el peso de la estructura que sujetará las escaleras, de quince toneladas, es otra de sus preocupaciones al ser "parte del ingenio un mecano en movimiento con cargas, concargas y vibraciones que no fueron tenidas en cuenta al tiempo de redacción del proyecto de ejecución del edificio general".

Resaltan también como argumento en contra que parte de la estructura invadirá la calle Arias Montano y creará dos callejones y, por consiguiente, problemas de vigilancia. En definitiva, la consideran una "nueva barrera arquitectónica".

Esta nueva "oposición frontal" a la obra se suma al rechazo al proyecto de propietarios de cocheras y garajes y también de locales comerciales y no es la primera vez que los afectados comunican al ayuntamiento su disposición a recurrir al juzgado si sigue adelante.