Ayer, en el Teatro Alkázar de Plasencia, la frase si no lo veo, no lo creo, se transformó en si lo veo, si lo escucho, lo creo. Fue gracias al Espectáculo vial dirigido a menores de 18 años y en el que ayer participaron 450 jóvenes de los cinco institutos de la ciudad, más el IESO de Galisteo. El objetivo, que vieran las consecuencias de conducir o montarse en un vehículo que conduce alguien que ha consumido alcohol u otras sustancias.

Se trata de un proyecto desarrollado por la Junta, a través de la Dirección General de Salud Pública y el Instituto de la Juventud, en colaboración con la Diputación Provincial de Badajoz, la Asociación de Policías por la Seguridad Vial, la asociación para el estudio de la lesión medular espinal, Aesleme, y la asociación para la prevención de accidentes de tráfico de Extremadura. En el caso placentino, con la colaboración de la Concejalía de Interior, Policía Local, Protección Civil, los bomberos de la Diputación de Cáceres y el hospital.

Se trataba de visualizar y escuchar testimonios de afectados por accidentes de tráfico ocurridos como consecuencia de conducir bajo los efectos del alcohol o drogas y también de profesionales que han participado en la atención a personas afectadas.

«Es una experiencia vivencial de lo que supone subirse a un coche o montarse con alguien que ha consumido alcohol. Las consecuencias para ellos, para sus familias y para las personas que vienen de frente. Si a alguno de los chicos les llega el mensaje, el objetivo estará cumplido», subrayó Felipe González, director del Instituto de la Juventud.

Simulando el final de una noche de marcha en la discoteca, el fin era que empatizaran con casos como el de María Luengo, en silla de ruedas tras sufrir un accidente en el que murieron cinco personas.