Mientras el matrimonio placentino contrató los servicios de una clínica para tener atendido a Karman durante sus vacaciones, y así lo supo apreciar la juez en su sentencia, otro can fue abandonado en el polígono industrial durante el mes de agosto por un hombre al que el mismo juzgado ha condenado a pagar una multa diaria de seis euros durante veinte días. Son dos caras de la misma moneda cuando llegan las vacaciones y abundan los perros abandonados.

En este caso fue hallado atado a una cuerda por la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Plasencia, que llevó al tribunal a su propietario tras descubrir que antes lo intentó dejar en la perrera municipal, de donde fue rechazado el animal por posibles problemas de contagios. El presidente de la asociación, Alberto Gómez, explicó que el perro bebió hasta cuatro litros de agua cuando le encontraron pero su estado era irreversible y tuvo que ser sacrificado. Para la asociación "sirve de ejemplo para que la gente se conciencie de que estas actitudes tienen su castigo".