Más vigilancia policial para acabar con la presencia de gorrillas es lo que exigen los placentinos hartos de que les pidan dinero --insistentemente-- por estacionar su vehículo. Exigen, pues, que desaparezca la presencia de "esos vigilantes espontáneos que ayudan a aparcar el vehículo a cambio de la voluntad", afirma un conductor.

Su presencia en la ciudad es diversa, tanto que se les puede ver desde el hospital hasta la puerta del Sol, pasando por la plaza de la catedral, Santo Domingo, la avenida del Valle, detrás del centro de salud de la zona centro y en el aparcamiento de la estación de autobuses. Así pues, la mayoría de los conductores catalogan esta situación como de "problema grave que el ayuntamiento debería resolver", puesto que "no nos atrevemos a aparcar en donde están ellos y es que, si lo hacemos, parece que tenemos la obligación de darles dinero. Te dicen cosas y piensas que te puede hacer algo al coche", afirma un afectado.

Con este comportamiento, Félix Lobo, director del parador, afirma que esto no favorece nada al turismo. A su opinión se une un trabajador del centro --que prefiere mantener el anonimato--, que advierte de que el visitante se lleva, cuando aparecen, "muy mala imagen" de la ciudad, sobre todo en la plaza de la catedral y Santo Domingo. "Se sienten intimidados y, a veces, les persiguen, por lo que algunos en cuanto los ven, ni se bajan del coche, se dan la vuelta y se van", añadió.

El miedo ante estas personas se deriva de que la mayoría, según los vecinos, son toxicómanos en busca de dinero. Aunque el aparcacoches espontáneo es una práctica habitual desde hace varios años, explican que el que ejerce ahora de gorrilla no es el mismo que antiguamente, "ya que antes llevaban una visera y le daba un carácter más oficial a los que lo hacían para mantener a su familia. Ahora, ni gorra y la mayoría, son drogadictos".

Por ello, vecinos, hosteleros y conductores exigen al ayuntamiento que tome ya una solución para acabar con este problema "que da una muy mala imagen de la ciudad", recalcan.