Hace mes y medio, el ayuntamiento les obligó a retirar de la fachada de su papelería, situada en la avenida Donantes de Sangre, una máquina expendedora --de su propiedad-- de bebidas, zumos y patatas. No estaban de acuerdo y los dos hermanos dueños de esta se encadenaron a ella. Finalmente se desataron por temor a que "la fueran a coger y la rompiesen", según aseguró uno de ellos. Días después, solicitaron al consistorio volver a instalarla.

Pero ahora, el gobierno local ha vuelto a denegarles la licencia correspondiente porque, según argumentan: "La licencia que tienen corresponde al negocio que desarrollan, dedicado a la actividad de papelería y copisteria, por lo que nada tiene que ver con la de una máquina expendedora de bebidas y refrescos que, además, requeriría un oportuno control sanitario", destacan.

Los dos hermanos aseguraron que no entienden las explicaciones del ayuntamiento, "porque no creo que hagamos mal a nadie porque haya una máquina así en esta zona", resaltaron.