Los ocupantes ilegales desafiaron a la justicia al resistirse al desalojo, pero tras casi 5 horas y después de múltiples intentos de la policía por negociar para no tener que emplear la fuerza, ayer se procedió al primero de los 55 desahucios por ocupaciones ilegales de viviendas sociales de la Junta de Extremadura, situadas en el barrio de Gabriel y Galán.

Los patriarcas convencieron a la anciana que se había parapetado en la puerta del piso desalojado y ésta, que al principio se había negado, acabó saliendo voluntariamente y, además, reconociendo que esta vivienda sólo se habita por temporadas. Al ser preguntada por qué, replicó que como quien se va de vacaciones. Un camión proporcionado por la Agencia de la Vivienda trasladó sus enseres a Talayuela.

Después, los operarios procedieron a tapiar la vivienda y vigilantes jurados permanecieron hasta que se secó el cemento. El desenlace no llegó hasta las 14.45 horas pese a que a las 10.00 ya estaba montándose el operativo policial en el múltiple con lo que no dio tiempo a desalojar las otras seis viviendas previstas en esta primera jornada. Hasta las 12.30 no se procedió al primer desahucio porque la policía estuvo valorando si había suficientes efectivos.

Los técnicos de la Agencia de Vivienda, a quienes vino a apoyar su presidente, Javier Corominas, insistieron en que los primeros desahucios son de pisos cuya entrada ha sido forzada, pero ni siquiera habitados por sus ocupantes, que tienen casa en otros barrios o incluso en ciudades como Toledo. La desalojada ayer se ocupó justo la noche anterior.