Los vecinos habían denunciado el sospechoso ir y venir de gente en las últimas ferias de junio y el viernes la Policía Nacional procedió al registro del bar llamado La Dolce Vita en el Rosal de Ayala, donde intervino 185 dosis de hachís y detuvo a dos súbditos magrebíes de 38 y 42 años que han ingresado en prisión preventiva por un presunto delito de tráfico de estupefacientes.

"La colaboración ciudadana --explicó ayer el inspector al mando, Félix Jiménez,-- ha sido decisiva en el desmantelamiento de este punto de venta de droga. Recibimos un aviso ciudadano y nos pusimos a vigilar". El bar está situado en los bajos de un edificio de viviendas de la calle Luis de Morales y el vecindario se había quejado también a la asociación de vecinos, cuyo presidente, Agapito Díaz, se felicitó ayer por la acción policial.

"No resulta agradable un bar a la puerta de casa donde viene la gente a pillar droga" decía ayer un vecino de este local, donde la cantidad de hachís intervenida en el registro tendría un valor de 600 euros en el mercado. No es el único bar que está bajo vigilancia policial en estos momentos, si bien el inspector aseguró que ni en los puntos calientes de San Lázaro y Gabriel y Galán se puede hablar más que de "menudeo porque en Plasencia no se mueven grandes cantidades de droga". De hecho los controles que realiza la policía nacional principalmente en el cerro de San Lázaro no intervienen más que pequeñas dosis.