El estruendo alarmó a los vecinos de San Pedro poco después de las doce de la noche del domingo porque se acababa de desplomar el tejado de una casa vieja sobre otra. Por suerte ambas están deshabitadas y ayer la policía local colocó vallas a la entrada de la calle para impedir el paso ante el riesgo de derrumbe mientras la alcaldesa, por decreto, ordenó su demolición, según indicó la propietaria.

Pero, entretanto, ayer por la tarde volvió a caerse parte del número 24, pese a que la dueña y los técnicos por ella contratados para evaluar la situación estuvieron pendientes en todo momento, y los vecinos, muy inquietos, volvieron a llamar a la policía local y hasta a los bomberos. Desde la calle no se aprecia más que una enorme grieta en el muro que da a la casa en la que se cayó el tejado, pero los técnicos municipales confirmaron el riesgo de desplome. Según la propiedad, unas obras en la casa anexa son la causa de que cediera el tejado y parte del inmueble. Por suerte, hacia dentro y no a la calle, lo que podría haber causado daños mayores dada la estrechez de esta vía. El ayuntamiento ruega a los peatones que extremen la seguridad.