La recién inaugurada plaza del Arco Iris, situada en Sor Valentina Mirón y en la que el gobierno local ha invertido 30.000 euros, amaneció ayer con papeleras quemadas y parte de su mobiliario destrozado.

Este diario recibió varias llamadas de vecinos de la zona en las que se quejaban por los destrozos ocasionados y la acumulación de botellas de cerveza y de otras bebidas alcohólicas, por haber realizado un botellón en el parque.

"Yo pago mis impuestos como todos los demás", se quejaba una vecina, "y creo que tengo derecho a que la policía patrulle por esta zona para evitar estos actos vandálicos".

DESTROZOS EN TORRE LUCIA Hace apenas unos días, varios bancos de piedra ubicados a lo largo de la cuesta que lleva al colegio de Las Josefinas también aparecieron rotos.

La cabina de BiciPlas situada en el parque de La Coronación continúa destrozada y los vándalos desmocharon las farolas de la ronda de la Torre Lucía hace dos semanas.

En el parque de La Coronación se puede observar un banco de hierro partido por la mitad y otro por el reposabrazos. La mayoría de las farolas no tienen cristales o plásticos que las cubren y hay pintadas en el parque infantil.

REACCIONES El presidente de Nuevas Generaciones (NNGG) de Plasencia, David Dóniga, solicitó la semana pasada al ayuntamiento de la ciudad medidas eficaces y contundentes de una vez por todas para erradicar la violencia callejera.

NN GG exigió "más políticas de prevención respecto a los actos vandálicos ocurridos en la ciudad en los últimos días y que nuevamente ponen de manifiesto la necesidad de mayor seguridad en las calles".

Dóniga hizo un llamamiento a la participación ciudadana "como gran ayuda a la hora de detectar a los autores de dichas agresiones contra el mobiliario público".

CONSECUENCIAS Los actos vandálicos cuestan caros al ayuntamiento.

Las arcas municipales destinan entre 30.000 y 40.000 euros al año, según declaró la alcaldesa Elia Blanco, a reparar estos daños.