La colaboración ciudadana frustró la noche del lunes un robo en las obras del bulevar de Cañada Real porque la intervención de la Policía Nacional fue tan rápida que sorprendió in fraganti a un joven que estaba destrozando el alumbrado público en busca del cotizado cobre. Según testigos presenciales, el ladrón escapó corriendo hasta la calle Obispo B. de Carvajal, la paralela por encima, donde se escondió debajo de un coche. "Los policías --contaron-- tuvieron que arrastrarlo por los pies para sacarlo y luego resultó que llevaba en la mano unas herramientas". Las que había sustraído de la obra, donde no pudo llevarse los cables de la red que está a punto de renovarse, pero que todavía alumbra esta calle, según indicaron ayer a pie de obra.

Fuentes policiales señalaron que se trata de un joven toxicómano con antecedentes que hace además la función de aguador en San Lázaro, o sea la de dar la voz de alarma si ve llegar a la policía. Las obras públicas parecen atraer la atención de los delincuentes, cuando no de los autores de actos vandálicos, porque antes les tocó a las de San Martín y la calle de los Quesos.

AGREDEN A UNA DEPENDIENTA Mientras tanto, ayer tarde se produjo un intento de agresión a una dependienta en la calle del Sol por parte de una clienta que se quejaba así de que no le querían cambiar un artículo. Por la mañana, la Policía Local estuvo inspeccionando el mercadillo de la avenida de La Hispanidad para controlar el origen de varios de los artículos. Lo que los comerciantes del centro han demandado con frecuencia para evitar la competencia desleal que supone la venta de artículos de dudosa procedencia. Sobre todo cuando proliferaron las tiendas con ropa de marca.