La Policía Nacional ha desarticulado un clan familiar dedicado presuntamente a la venta de droga a través de telecoca gracias a la detención de sus seis miembros, por un presunto delito contra la salud pública, en la llamada Operación Pelocho .

La investigación la han llevado a cabo los agentes adscritos a la Brigada de Policía Judicial de Cáceres y comenzó hace dos meses, cuando tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo de personas dedicadas presuntamente a la venta al por menor de diversas sustancias estupefacientes.

La vigilancia policial permitió confirmar que los miembros de la familia trapicheaban con diferentes estupefacientes en la ciudad y localidades aledañas. Según la información policial, "mientras los de mayor edad eran los que guardaban las sustancias en sus domicilios, los más jóvenes eran los que las adquirían y posteriormente vendían a pequeña escala".

La venta se hacía a través del conocido telecoca ", es decir, "vía telefónica, los consumidores convenían la cantidad, el precio y el lugar de venta en la localidad de Plasencia, o se desplazaban a localidades colindantes a esta última".

Con los datos obtenidos y la preceptiva autorización judicial, la Policía Nacional llevó a cabo tres registros domiciliarios en los barrios de Gabriel y Galán, Miralvalle y Rosal de Ayala, donde se incautaron unas 320 dosis de cocaína, 259 gramos de marihuana y útiles para la preparación de papelinas , como básculas de precisión, cierres de plástico, bolsas herméticas, etcétera.

Los agentes también intervinieron dos armas de fuego (una pistola de 9 milímetros Parabellum y 53 proyectiles aptos para su uso, y una escopeta modificada para el calibre 22 con diversos proyectiles), además de 3.650 euros en efectivo.

Los detenidos son tres mujeres y tres hombres, de entre 32 y 50 años, que, tras la instrucción del pertinente atestado, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial.

Otro clan familiar dedicado a la venta de sustancias estupefacientes, esta vez formado por cinco miembros, fue condenado en el mes de marzo por la Audiencia Provincial de Cáceres a penas que van desde los dos años hasta los cuatro años y medio de prisión y al pago de 60.000 euros. La condena fue posible igualmente por un dispositivo de vigilancia de la Policía Nacional y en este caso, vendían la droga en un domicilio.