Una larga cola de personas a la espera de recibir su ración de migas con vino y alguna perrunilla; una abarrotada misa solemne en la catedral y la reivindicación de la fiesta del patrón de la diócesis. Estos tres hechos fueron lo más significativo de la celebración de San Fulgencio, que la asociación de amas de casa defiende a ultranza, pese a que cada vez son más numerosas las voces en contra.

A pesar también de que muchos placentinos aprovechan el día para irse de rebajas a Madrid, Salamanca o Cáceres o visitar el Ikea, su presidenta, Mercedes Cáceres, lo tiene claro: "La gente se va fuera este día y cualquiera, pero si no quisieran la fiesta, la gente no estaría aquí".

Lo decía por quienes formaron una larga cola desde la mesa de reparto de las migas hasta la fuente de la plaza, que pudieron entretenerse y marcarse algún baile regional al son de la asociación de tamborileros Santiago Béjar, de la universidad popular.

Desde La Pitarra decían que "sea festivo o no, nosotros siempre hemos colaborado con las amas de casa y seguiremos haciéndolo" mientras la alcaldesa defendió que "hoy no es un día para que los placentinos se vayan fuera", según Europa Press. Ajeno a la polémica, el obispo presidió una multitudinaria misa en la catedral, donde cantó el Orfeón Ciudad de Plasencia.