Los incendios intencionados están arrasando las zonas de pasto del polígono de La Data. Los bomberos tienen que sofocar cada semana entre ocho y diez fuegos, como mínimo, ya que en ocasiones, como sucedió el pasado fin de semana, se ven obligados a acudir a la zona hasta cuatro veces en dos días.

Pero el récord del verano está en tres incendios en un sólo día, una situación que sólo en lo que va de mes se ha producido en dos ocasiones, los días 16 y 25, según informó ayer el jefe del parque de bomberos.

Las zonas más castigadas son Gabriel y Galán y Dolores Ibarruri, sin embargo estos fuegos no son nada nuevo para los vecinos de la zona, sino que se repiten cada verano y aseguran que en la mayoría de las ocasiones son intencionados puesto que algunos han visto salir corriendo de los focos de varios fuegos a menores del propio barrio.

Por eso, se quejan de la pasividad del ayuntamiento y la Policía Local, ya que a mediados del mes pasado pidieron un aumento de vigilancia para poder frenar los incendios y a día de hoy "aquí no ha cambiado nada. La policía pasa como siempre con el coche pero no se molestan en bajar y así no se puede acabar con los incendios porque ni espantan a los autores ni les podrán coger nunca".

SOLO UN TROZO SIN QUEMAR

En este sentido, se sienten discriminados respecto a otras zonas de la ciudad y recuerdan que "esto es una entrada de Plasencia y no puede estar así, si el problema estuviera en el centro ya estaría resuelto y nosotros pagamos impuestos igual que los demás".

De momento, los fuegos de pasto han provocado sólo daños en el medio ambiente, por eso los vecinos echan también de menos la voz de los colectivos ecologistas porque "el barrio se nos quema día a día y aquí parece que a nadie le importa". Sin embargo, advierten sobre todo del peligro de que cualquier día un incendio afecte a sus viviendas o vehículos: "Si algún día una chispa alcanza a algún coche, se puede armar porque además hay niños jugando y unifamiliares cerca de zonas de mucho pasto seco".

La situación ha llegado a tal punto que el único consuelo que les queda a los vecinos de Gabriel y Galán es que, después de tantos incendios, ya sólo hay una única zona que no se ha quemado, entre el campo de fútbol y unas viviendas: "En el momento en que se queme ese trozo ya no vamos a tener que preocuparnos más".