El reto que se ha marcado la Hermandad de Donantes de Sangre para el nuevo año es "abordar" a los universitarios en las descriptivas palabras de su presidente, Pablo Vicente, porque los números cantan que los jóvenes no donan. El año pasado se cerró con el alarmante descenso de 200 donantes de entre 18 y 30 años, aunque se compensó con más de trescientos nuevos mayores de 45, y éste está por ver, pero no parece que las expectativas vayan a ser mucho mejores.

La hermandad ya "abordó" a los estudiantes en los institutos y el 2004 se va a volcar en los universitarios placentinos aprovechando el soporte de una desenfadada campaña publicitaria que está a punto de salir con anuncios tan simpáticos como el de un árbitro de fútbol al que literalmente asaltan unos enfermeros que le meten la jeringa en cuanto levanta el brazo para sacar una tarjeta.

"¿Tenemos que llegar a esto?" pregunta una voz en off. Lo han hecho compañeros suyos de Comunicación Audiovisual de la Facultad de Biblioteconomía. El director del Banco Regional de Sangre, José María Brull, destacó que "el joven es solidario, pero no sabemos por qué no con la donación de sangre". En toda la población universitaria extremeña se han sacado 130 bolsas, las mismas que en un pueblo de 3.000 habitantes.