Un placentino de 36 años con cierto trastorno de la personalidad ha sido condenado a dos años de cárcel por abuso sexual de una niña de seis años, a cuya madre tendrá que indemnizar con 900 euros, aunque ya cumplió casi dos meses de prisión preventiva que ahora le serán descontados.

Fue éste un caso sonado el verano pasado, porque J.C.M., se llevó a la menor aprovechando que la madre estaba hablando por teléfono en la cabina de San Esteban y reapareció poco después con la niña tranquilamente en la plaza siendo detenido por la Policía Nacional, que ya había montado un dispositivo.

La sentencia del juzgado de lo Penal relata que la condujo a un ático de la calle Santa María sin que la niña desconfiara porque habían coincidido alguna vez en lugares públicos. Una vez allí le dio unos papeles para dibujar, pero también se ofreció a curarle unas picaduras de insectos con una crema de manos para lo que procedió a quitarle la ropa interior "encubriendo así --dice el texto-- lo que en realidad eran tocamientos con finalidad lúbrica ante la natural ignorancia de la niña a la que llegó a dar algunos besos en las mismas zonas".

A los pocos minutos reaparecieron en la plaza. La sentencia precisa que la pequeña no presenta secuelas físicas o psíquicas apreciables, salvo la evidente incomodidad y vergüenza que suponen las exploraciones y los interrogatorios. Sobre el condenado aplica la atenuante de enajenación porque padece un trastorno orgánico de la personalidad que, si bien no le ocasionan un déficit de inteligencia, merma levemente el control de impulsos y supone inmadurez de comportamientos. Ello además de limitaciones motoras.