El concejal de Barrios, Plácido Gómez, se escudó ayer en la asociación de vecinos de San Miguel para justificar la rescisión del contrato a la arrendataria del bar del centro cívico. El edil dijo haber recibido quejas de la asociación y basó la decisión municipal en un "incumplimiento del contrato" por parte de María Gordo por no mantener debidamente limpio el centro cívico.

Sin embargo, no es ésta la razón que el ayuntamiento ha dado a la afectada, sino que el escrito del día 14 indica que no prorrogará su contrato de acuerdo con la cláusula segunda y ésta se refiere a la duración del contrato y no a la limpieza.

Por este motivo, Gordo presentó ayer un escrito en el ayuntamiento en el que expone que, según la ley de arrendamientos urbanos, el contrato se prorrogaría automáticamente "si ninguna de las partes hubiese notificado a la otra su voluntad de no renovarlo, al menos con un mes de antelación" al 31 de diciembre, por lo que pide que se revoque la orden municipal.

Aún así, Gómez reiteró que, ante las quejas vecinales recibidas en septiembre pasado, advirtió a la arrendataria de que limpiara adecuadamente el centro cívico como recoge el contrato: "se le dio una oportunidad y no lo ha hecho", por lo que se decidió rescindirlo, pero aseguró que la decisión "no ha tenido nada que ver con su denuncia pública". Por su parte, María Gordo negó haber recibido notificación alguna del ayuntamiento anterior al día 14.