El aula de cultura de la calle Verdugo está en un estado lamentable. Pese a su apariencia externa y su gran demanda de actividades, el equipo de gobierno se ha encontrado con que está plagada de humedades y carcoma. Además, la instalación eléctrica y de fontanería están obsoletas, así como múltiples aparatos, que sólo sirven de adorno porque no funcionan, según ha podido constatar la concejal de Obras, Mónica García.

El ayuntamiento ha pintado y arreglado la fontanería, pero García, advierte de que se necesita una inversión importante, que no se podrá acometer hasta que terminen las exposiciones en abril y asegur: "el anterior equipo de gobierno hizo una mala permuta al cambiar Santa Ana por un edificio en estas condiciones".

José Luis Albalat, el encargado del aula, afirma que no se ha modernizado desde su construcción en los 60 y que el mayor problema son las humedades, que se dan en su oficina, los camerinos y dos habitaciones anexas a un patio de vecinos que tienen las baldosas y cristales del techo rotas, con lo que cada vez que llueve o riega un vecino se filtra el agua. Algunos cristales corren también el riesgo de caerse.

Además, en el salón de actos no hay nada útil. El suelo se está hundiendo y se ha instalado la carcoma, al igual que en las butacas. La mesa central está rota, y no funcionan los enchufes, radiadores, ventiladores, puerta de emergencia ni extintores, revisados en los años 1999 y 2000.

Tampoco la televisión y los biombos de la entrada funcionan y en cuanto a la zona de exposiciones, una pared está hueca y otra inclinada. A esto se unen los baños, con dos auténticos canchos debajo de los lavabos.