Dos sillones, una mesa con flores y un par de libros, música de fondo... No se trata de una casa o una cafetería sino del rincón del lector de la recién abierta librería El Quijote. El nombre no ha podido estar mejor elegido por celebrarse el cuarto centenario de la obra de Cervantes, pero sus dueños, Alvaro Hurtado y Rocío Martín, lo eligieron más bien "porque lo veíamos muy acorde con nosotros, nos identificamos con el libro".

Igual de llamativo es el concepto de librería que han creado, novedoso porque se trata de una librería literalmente al uso , es decir "para que la gente no sólo venga a comprar sino que la use para leer el periódico, echar un ratito hojeando un libro, hacer presentaciones de libros, dar charlas, incluso una clase, todo siempre relacionado con la Literatura".

Así, han preferido no centrarse sólo en la venta sino "que la gente que venga se quede y se recree, que sepan que aquí tienen un hueco y si eso ayuda a fomentar la lectura, mejor", explica Alvaro.

Para conseguirlo han cuidado mucho la decoración con suelos de madera, fotografías en las paredes e incluso un cuarto de baño en la primera planta: "Se ha cuidado el detalle, queríamos algo distinto, pero sobre todo, una sensación de acercamiento, de sentirte a gusto".

Tanto miman al cliente que hasta los pequeños tienen su espacio con el rincón infantil de la planta baja, con una mesa y sillas, lápices y hojas para escribir y multitud de libros destinados a los más pequeños. "Parece que nunca pensamos en los peques, por eso les hemos puesto un hueco. Ellos vienen y no preguntan, se sientan y se ponen a pintar".

Los escritores también han encontrado su sitio: "Saben que tienen aquí su casa porque además existe una relación personal muy buena".