Mucho dolor contenido hubo ayer en el funeral por la niña de sólo un año que el lunes falleció como consecuencia del disparo de una pajarera que, al parecer, se le escapó a un familiar cuando manipulaba el arma. El balín le atravesó, el sábado, la cabeza hasta alojarse en el cráneo provocándole la muerte dos días después del fatal accidente, confirmaron a El PERIODICO fuentes sanitarias.

La policía, que todavía no ha abierto la investigación a la espera del parte judicial, recordó ayer que no hace falta licencia de armas para tener una pistola de aire comprimido, más conocidas como pajareras , y que todo apunta a una imprudencia.

Los hechos se produjeron el sábado durante una celebración familiar en una parcela cercana a Plasencia y la pequeña E.R.P., recibió los primeros auxilios en el hospital Virgen del Puerto, de donde fue evacuada esa misma tarde al Infanta Cristina, en Badajoz, donde murió el lunes.

A mediodía de ayer se celebró el funeral en la parroquia de San José, donde sus familiares estuvieron arropados por amigos y vecinos de La Data, donde viven los padres, que necesitaron ayuda hasta para salir del coche. Destrozados, estuvieron acompañados por mucha gente joven. No faltaron tampoco escenas de nerviosismo.