El mirador, ahora en obras, de la plaza de la Cruz Dorada tendrá bonitas vistas a la sierra de Santa Bárbara y al parque de La Isla, pero también al viejo almacén de la brigada municipal de obras por el que se cerró el llamado río chico hace trece años, hoy lleno de piedras y maleza. Además, la plaza en la que se van a invertir 244.899 euros del Plan de Excelencia Turística conserva en ruinas uno de los inmuebles de la fábrica de harina.

Malas estampas para el foco de atracción del turismo en que el proyecto pretende convertir esta céntrica plaza, donde aparcarán los autobuses de excursiones como punto de partida de las visitas a la ciudad.

El mirador de madera, que deberá estar finalizado en octubre, será la última inversión del plan de Excelencia y ha sido una apuesta de la edil de Turismo, Raquel Puertas, para poner en valor un enclave con una situación privilegiada, pero que apenas servía más que como aparcamiento. Además, los vecinos han lamentado la desaparición del árbol que coronaba la plazuela.

En proyecto está su conexión con la avenida del Valle a través de una pasarela, que la concejala confirmó ayer que se ejecutará a continuación con fondos municipales. Pero de la recuperación del río chico para que vuelva a correr el agua por el canal del antiguo molino no hay noticias.

Sí las hay, sin embargo, del edificio ruinoso anexo a la escuela de cocina porque el gobierno de Elia Blanco está en negociaciones para su adquisición y en los presupuestos municipales de este año figura una partida de 300.000 euros. Previsiblemente para ampliación de las actividades culturales que se realizan en la universidad popular y la escuela de cocina.

Mientras tanto, el destartalado almacén de obras ya en desuso al pie del futuro mirador urge su clausura y la imagen ganaría con la reapertura del canal de agua por cuya conservación peleó tanto la asociación de vecinos de la avenida del Valle. Pero el último intento fue en el 2003 con un proyecto de la Escuela Taller que hubo que suspender porque causó humedades en la universidad popular.

El corte del río chico fue muy polémico hará trece años cuando el alcalde Cándido Cabrera permitió rellenar el cauce con tierra para almacenar herramientas, vehículos y material de obras junto a La Isla.