Los estudiantes se vieron obligados ayer a sortear la basura que dejó abandonada el mercadillo en la avenida de la Hispanidad de vuelta a casa nada más salir de clase. La zona escolar por excelencia dada la aglomeración de institutos y colegios en el norte de la ciudad parecía a partir de las dos de la tarde tierra de nadie. De poco han servido las llamadas al orden del ayuntamiento porque los vendedores ambulantes vuelven a resistirse a depositar la basura en las bolsas preceptivas.

Al contrario bolsas vacías se esparcían a lo largo y ancho de la avenida junto a otros residuos sin que la excusa pueda ser que el viento las hiciera volar porque estaban calados por el agua de lluvia. Lo cierto es que la basura sólo quedó debidamente recogida durante el tiempo en que la policía local vigiló el mercadillo por orden de la concejala delegada de limpieza, Carmen Blázquez, que llegó incluso a avisar con suspender un día su celebración ante los incumplimientos. Es la ordenanza municipal del mercadillo la que obliga a los vendedores a dejar la zona libre de basuras aunque sea la empresa la que después deba realizar una limpieza más profunda.