Lo que empezó como una iniciativa de un grupo de comerciantes para poder vender los productos que les quedaban en stock después de las rebajas se ha convertido en una cita esperada en la ciudad, que demuestra que lo barato no está reñido con la calidad.

El sábado se celebró otra edición del rastrillo de los comerciantes de la calle y Puerta Talavera y el tiempo acompañó y permitió llenar la calle de puestos con los productos de unos 25 establecimientos, tan variados como ropa, calzado, joyas y bisutería, aparatos electrónicos... y no faltó, como cada año, un puesto solidario, en esta ocasión montado por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer, Afads, gracias a productos donados por los propios comercios.

A favor de este colectivo se organizó también un reparto de pote, por el simbólico precio de un euro el cubierto, con el objetivo de destinar toda la recaudación también a la asociación.

Los comerciantes consiguieron su objetivo, vender el stock de la temporada, y los clientes pudieron aprovecharse de las ofertas. «Viene fenomenal el rastrillo porque podemos aprovechar para comprar también cosas ya de cara a la primavera a unos precios mucho más asequibles. Yo me he comprado unas deportivas», señalaba una joven. Afads también se mostró agradecida por ser la beneficiaria de la iniciativa solidaria.