La intervención en la iglesia de La Magdalena no ha gustado nada a los expertos. Dos de los más prestigiosos de la ciudad, Jesús Manuel López, historiador, y Pedro Matesanz, arqueólogo, han criticado tanto la forma de llevarla a cabo como el "veto" que dicen haber sufrido y, en especial, el edificio levantado ante el templo para acoger un centro de interpretación del Martes Mayor.

A juicio de Matesanz, es "un despropósito, un absurdo, lo han utilizado como elemento separador entre la iglesia y el entorno cuando debía haber sido un elemento integrador".

Además, y ante la explicación del arquitecto director de la oficina del ARI, que supervisa el proyecto, de que la zona nunca ha sido un espacio abierto, Matesanz insistió en que "antes la iglesia se veía más y ahora bastante menos y no se entiende porqué queremos que se integre en el contexto urbano".

Por su parte, Jesús Manuel López criticó, sobre todo, que no se haya tenido en cuenta la opinión de los vecinos: "Se ha debido consensuar con la gente del entorno y también con otras personas porque el casco histórico es algo vivo y con muchos puntos de vista". Además, denunció la paradoja que supone el que "ellos proponen a los vecinos un tratamiento para sus casas y que levanten hasta cierta altura y luego ellos levantan eso".

ACCESO "VETADO" Pero en opinión de Matesanz, la polémica sobre el edificio demuestra que el ayuntamiento y el ARI "han primado el proyecto arquitectónico sobre el arqueológico. Antes del proyecto debía haberse hecho un análisis pormenorizado del edificio y su entorno y después una intervención arqueológica extensa".

También la aparición de restos, algunos datados según el primer informe del ARI en la época Omeya, corroboran su tesis: "Eso nos indica que la parte arqueológica debía haber sido fundamental, parafraseando al consejero de Cultura, primero hay que investigar y después, restaurar". De hecho, destaca su importancia para conocer la historia de la ciudad porque los restos podrían confirmar lo ya descubierto en Santo Domingo "que allí había una alcazaba y asentamientos periféricos en el entorno, como en La Magdalena".

Jesús Manuel López es de su misma opinión y apunta que en la obra "debían haberse utilizado equipos multidisciplinares porque es un sitio estratégico en la ciudad y un enclave que les ha explotado en las manos". Por contra, critican que se les ha vetado; de hecho, López se queja de que pese a haberlo solicitado "no he tenido posibilidades de acceso", mientras Matesanz habla de "oscurantismo. Nos han obviado de forma descarada".