Si cada año las familias del barrio de Los Mártires pueden llevar en procesión a san Sebastián es gracias a la devoción de algunos de sus vecinos. Según explicó la presidenta vecinal, el santo estuvo a punto de ser destruido cuando se vendió la antigua iglesia "iban a tirar todos los santos y nadie quería hacerse cargo de ellos".

Sin embargo, fue un expresidente vecinal quien decidió hacerse cargo de san Sebastián, por lo que cada vez que llegaban las fiestas, los vecinos debían pedirle permiso para pasearle por las calles. La tradición se ha mantenido hasta el año pasado porque al ingresar este vecino a una residencia, otra vecina se ha comprometido a guardarlo en su casa, con lo que ya no se moverá del barrio.

Este año, presidentes vecinales de otras zonas y algunos políticos se unieron a los vecinos para acompañar al santo en procesión.