Si el ayuntamiento no nos atiende, Plasencia se queda sin feria". Fue la advertencia que lanzó ayer Antonio Díaz, representante de un centenar de feriantes que cada año instalan sus atracciones, casetas de juego y puestos de venta de churros, vinos o patatas en el Berrocal.

El motivo de su amenaza es que no están dispuestos a pagar la tasa correspondiente por instalarse a la empresa adjudicataria del ferial, porque "no estamos de acuerdo con los beneficios que esta empresa quiere ganar a costa de los feriantes". Por contra, lo que quieren es negociar directamente con el concejal de Festejos, Blas Raimundo, con el que han pedido entrevistarse esta semana sin falta porque, según dijo Díaz, hoy mismo debería comenzar la instalación para estar a punto el miércoles.

Mientras tanto, Raimundo replicó ayer que los feriantes "quieren que el ayuntamiento les rebaje los gastos en un 40%, pero ellos no hablan en ningún momento de bajar sus precios". Así, aunque dijo estar negociando, avisó de que sólo está dispuesto a rebajarles un 15% como máximo y respecto a los beneficios de la adjudicataria señaló que "el que monta un negocio es para ganar dinero".