LA LLUVIA hizo que ayer los fieles pudieran estrenar la iglesia de Santa Teresa para la misa de difuntos, tras la rehabilitación de la escuela taller. El obispo Amadeo Rodríguez ofició pues la eucaristía en su interior y no al aire libre en el cementerio como es habitual. El obispado tiene intención de reabrir la iglesia al culto los sábados.