Una multa de 5 euros al día durante 20 días, es decir, 100 euros. Es la pena que pidió ayer la fiscal para los dueños de los cinco bares de la plaza Mayor denunciados por la policía local, por una falta de desobediencia leve a la autoridad al negarse a retirar sus terrazas durante el concierto previo al Martes Mayor. La alcaldesa estaba citada como testigo, pero no acudió a los juzgados, lo que notificó por escrito.

El dueño del Globo y el representante de Eurogame se mostraron conformes con la petición de la fiscal mientras que el abogado de los dueños del Danubio y el Torero pidió la absolución de sus defendidos al considerar que hubo una ausencia de claridad en la orden de retirar las terrazas y que no actuaron de mala fe. Por su parte, el dueño de La Pitarra del Gordo no se presentó a la vista.

Los cuatro denunciados que sí asistieron coincidieron en señalar que no retiraron las terrazas pese a conocer el acuerdo de la junta local de gobierno que les obligaba a ello --solo el gerente de Eurogame dijo no haber recibido la notificación-- porque la alcaldesa les dio una autorización verbal para que no las quitaran.

El escrito remitido al juez por la alcaldesa Elia Blanco niega sin embargo esta autorización, que la policía tampoco conocía y además, el intendente dejó claro que solo una orden escrita podía anular la primera. La defensa en cambio señaló que los hosteleros "estaban convencidos de estar actuando lícitamente" y manifestó, como confirmaron sus defendidos, que en otras ediciones del Martes Mayor y otras fiestas habían recibido también el permiso de la alcaldesa sin que su actuación acabara en denuncia.