Completamente destrozado. Así ha quedado el videoclub de la plaza del Olivar (en las traseras de los multicines) después del incendio que se originó durante la madrugada de ayer. Sus propietarios están desolados por las consecuencias, ya que calculan que las pérdidas por el fuego pueden ascender a los 48.000 euros. Aún así y aunque fue necesario desalojar a los vecinos del edificio cuyos bajos ocupa el videoclub por el humo, finalmente sólo se produjeron daños materiales.

Según informó la policía local, el suceso se produjo en torno a las 3.30 horas en un videoclub con mucha clientela porque es uno de los pocos con servicio 24 horas y máquina expendedora de cintas y DVD. Las causas aún se desconocen; de hecho, no se sabe si el fuego se originó en el interior del videoclub --en cuyo caso se baraja la hipótesis de un cortocircuito-- o en el exterior porque algún desconocido prendiera fuego a un toldo, según indicó la propietaria.

Los bomberos acudieron rápidamente a sofocar el incendio y como medida de prevención se procedió también con ayuda de la policía local a desalojar a los vecinos del edificio donde está situado el videoclub para evitar intoxicaciones por humo, ya que "al entrar por los respiraderos, llega rápidamente a las viviendas", explicó un bombero.

CAMARA DE VIGILANCIA Algo más de dos horas tuvieron que permanecer los vecinos en la calle mientras esperaban la extinción del fuego y algunos temían que pudiera alcanzar a las viviendas más próximas. Finalmente, pudieron regresar a sus domicilios a las 5.45 horas.

Sin embargo y con la llegada del día, los propietarios del videoclub se encontraron con un panorama descorazonador: "Se ha quemado la máquina expendedora, hemos perdido unas mil cintas entre VHS y DVD, una televisión, un vídeo, un ordenador, una fotocopiadora y una impresora, las paredes están todas negras y fuera ya no queda ni toldo ni cartel".

La propietaria calcula que todos estos destrozos pueden suponer unas pérdidas de unos 48.000 euros y, aunque ayer un perito acudió a inspeccionar y fotografiar el local, precisamente por los elevados daños tendrán que esperar la llegada de un segundo perito "y con la Semana Santa, hasta el lunes seguro que no viene", se lamentaba.

De momento, ha entregado la cinta de la cámara de vigilancia que tenía instalada en el exterior por si puede aclarar las causas del incendio, pero aún así, el disgusto ha sido tal que no sabe si su marido y ella tendrán que cerrar el negocio sólo durante una temporada o definitivamente: "Ahora tengo la moral por los suelos, estoy muy cansada de todo y no sé lo que vamos a hacer. Voy a tomarme la Semana Santa para pensar qué hacemos".