Los cuatro monitores de natación que la reorganización de la piscina ha relegado a otros servicios deportivos del ayuntamiento están pensando seriamente marcharse a Navalmoral de la Mata para prestar sus servicios en la nueva piscina cubierta que está a punto de abrir. El coordinador local de IU, Agustín Real, dio ayer la voz de alarma de lo que no dudó en achacar a "la escandalosa política deportiva que se permite exportar profesionales".

Real desveló que dos de estos monitores han sido trasladados al pabellón de San Miguel y al gimnasio de la ciudad deportiva mientras un tercero está de baja por agotamiento al no haberle permitido descansar un sólo día de verano y la cuarta por una alergia brotada en su puesto de trabajo y que, al parecer, ha tenido que tratarse de su bolsillo porque "la mutua no le hizo ni caso".

El último capítulo del veto a uno de estos en calidad de entrenador de Samuel Soler llevó ayer a Real a pedir la intervención del alcalde "y que cese de inmediato al concejal cuando no al propio gerente del instituto municipal de deportes, que ya no es sólo funcionario, sino que ocupa un cargo político". Así, cuestionó que el ayuntamiento ´venda´ su reordenación de la piscina para disminuir la lista de espera con menos monitores.

SIGUE EL VETO AL ENTRENADOR

Por su parte, el preparador de Samuel Soler tendrá que seguir pagando entrada para su entrenamiento pese a la intervención de la Junta porque el concejal de Deportes, Manolo Rodríguez, le exige antes una rectificación de su actitud. El edil justificó la suya en que "el ayuntamiento no tiene oficialmente constancia de que está entrenando a un deportista de alta competición y se le ha tratado como un trabajador más".