Sólo entre el jueves y el viernes se produjeron cuatro incendios de pasto en el barrio de Gabriel y Galán que la asociación vecinal no tiene duda de que son provocados, por lo que reclama vigilancia policial a la nueva corporación municipal para atajar una costumbre que se repite cada año y que tiene especialmente alarmados a los vecinos porque sospechan que detrás de los fuegos están menores de la propia barriada.

Algunos vecinos dicen haber visto salir corriendo de los focos de varios fuegos a los mismos chavales, pero también se basan en que la policía siguió la misma pista el verano pasado y éste no están dispuestos a contemplar impasibles cómo se repite la historia de los incendios intencionados que también son un riesgo para sus autores.

SITUACIONES DE RIESGO

También puede crear situaciones extremas porque aunque estos fuegos suelen ser de poca envergadura, se pueden originar otros más virulentos en cualquiera de los más de sesenta municipios que atiende el parque de bomberos y accidentes graves de tráfico y se da la circunstancia de que con sólo una emergencia se viene quedando vacío el parque por falta de efectivos.

Por no hablar del daño ecológico que suponen y la intranquilidad de unos vecinos que aseguran que "si esto ocurriera en otras partes de la ciudad y no digamos el centro, claro que habría vigilancia, pero aquí nos tienen dejados de la mano de Dios hasta que pase algo".

De hecho, el segundo incendio del jueves resultó más extenso de lo habitual por el fuerte viento que se encargó de propagarlo hasta cinco hectáreas y los bomberos tuvieron que emplearse a fondo de 13.00 a 15.00 horas con la colaboración del Sefoca y un helicóptero de la Junta.

Así las cosas, un portavoz de la Asociación de Vecinos Rubén Darío ha reclamado públicamente un servicio especial de vigilancia y la directiva está dispuesta a acudir al ayuntamiento para ser lo primero que pida al nuevo gobierno del PSOE al mismo tiempo que a la Policía Nacional.