No hay día que la Concejalía de Obras no reciba al menos un parte de denuncia por un acto vandálico. Lo desveló ayer el concejal delegado, Blas Raimundo, que aseguró que en un solo día o "en una noche de fiesta" los destrozos por vandalismo le pueden suponer al ayuntamiento un gasto de hasta 4.000 euros.
El edil ya advirtió en febrero que el ayuntamiento se había gastado en 2009 más de 100.000 euros en reponer el mobiliario urbano destrozado. Ayer, hizo hincapié en que el vandalismo no ha cesado y aprovechó para hacer un llamamiento público para que "ahora que estamos en verano, la gente que acuda a los parques respete el mobiliario urbano". Porque el concejal tiene claro que "esto solo se arregla con educación, responsabilidad y sentido común".
Lo contrario lleva a destrozos que se dan en numerosas zonas de la ciudad. Como ejemplo puso el parque del Cachón, donde han arrancado varios bancos; el parque de La Isla, donde varios juegos de los instalados para las personas mayores también están rotos y han tenido que arreglar una puerta de los baños y el recinto ferial, donde "hemos tenido que cambiar entera la puerta principal de los baños después de haberla arreglado para la feria", subrayó.
Además, varias señales del nuevo paseo fluvial han desaparecido y ha recibido la denuncia de destrozos también en bolardos de la ronda Higuerillas y posibles daños en la corona de la escultura del rey Alfonso VIII de la puerta del Sol, que hoy mismo comprobará.
Porque, como destacó, nada se salva del vandalismo, ni siquiera las nuevas obras que se están realizando con el Plan E. Como ejemplo puso el parque de Jardines del Jerte porque nada más inaugurarse aparecieron árboles y papeleras rotos.
Con todo, insistió: "Diariamente llegan noticias a la concejalía de bancos, papeleras o farolas rotas que cuestan un dinero. Los bancos de hierro, por ejemplo, más de 300 euros cada uno". Por ese motivo se recicla en Capote el mobiliario que se puede y también para frenar el vandalismo empezaron a patrullar en febrero agentes de paisano.
