La policía local tendrá nuevo jefe en el plazo aproximado de dos meses. El que calcula la concejala de Personal, Carmen Blázquez, una vez que han dado comienzo esta semana las pruebas del concurso-oposición para dotar al ayuntamiento de una plaza de intendente. Hasta seis aspirantes se han presentado, la mayoría con experiencia en mando de fuerzas de seguridad.

Lo que se valorará hasta un máximo de doce puntos si bien requisito imprescindible es estar en posesión del título de licenciado o equivalente. En el futuro intendente va a confiar el gobierno de Elia María Blanco la reorganización de la policía local aunque en el pleno que aprobó las bases para su contratación en octubre pasado lo justificó porque en ciudades con más de 35.000 habitantes es obligatorio contar con esta figura. Si bien el portavoz, Francisco Barbancho, reconoció entonces que "es fundamental para garantizar un buen funcionamiento de la jefatura municipal". Hasta ahora la jefatura recae en el inspector José Luis Blanco, que protagonizó junto con Josefa Pérez Camisón, la primera concejala de Interior bajo el mandato de Blanco, un intercambio de demandas en el juzgado. A Camisón, que dimitió, le sucedió Blas Raimundo, que mantuvo el mismo esquema organizativo.

Ahora, con Francisco Martín como edil delegado y Carmen Blázquez al frente de Personal, el gobierno municipal del PSOE ha apostado por la creación de una plaza de intendente que obliga también a dotar al cuerpo de un inspector más. En manos de la nueva jefatura estará la organización de una plantilla cercana ya a los sesenta agentes que, por cierto, mantiene un pulso con el ayuntamiento en los juzgados por lo que considera una discriminación salarial.

En manos de los políticos y del propio cuerpo está mejorar la popularidad del cuerpo, conscientes de que a pie de calle no está en su mejor momento. Ni siquiera hay jefe en todos los turnos y lo asume el agente de mayor antigüedad.