Es una gran alegría para la ciudad y para la barriada del Rosal de Ayala haber podido inaugurar el nuevo centro parroquial de Cristo Resucitado. Una obra que permite a la parroquia y a sus feligreses gozar de un espacio digno para participar de su fe, tanto en las eucaristías como en las actividades que desarrolla: catequesis, grupos parroquiales...

Sin embargo, lo que más me ha llenado de gozo de esta obra ha sido la participación de los fieles, pues, poco a poco a la vez que construían el centro parroquial físicamente, se iba construyendo y fortaleciendo la comunidad parroquial de Cristo Resucitado en torno a este proyecto común.

*Obispo de la diócesis.