Los propietarios de los bares a los que el ayuntamiento ha denegado instalar terrazas están en pie de guerra. A todos les ha sorprendido el celo del equipo de gobierno, sobre todo porque el año pasado sí les permitió instalarlas y se han quejado de agravios comparativos con otros bares como los de la plaza, la Coronación o La Isla.

Los efectos de esta polémica decisión no se han hecho esperar y bares como Los Monges, Los Pinos o Consulado han presentado alegaciones, aunque el dueño de este último advirtió ayer: "Nos hemos visto obligados a renunciar a la terraza". Como en su caso, las ubicadas en parques públicos y donde es necesario cruzar una carretera han sido las más perjudicadas porque el equipo de gobierno ha decidido denegarlas. Sin embargo, la ordenanza municipal que impulsó la concejala Josefa Pérez no hace alusión a estos espacios, ya que sólo dice que no se autorizarán "en la calzada, zonas de aparcamiento, paradas de transportes públicos, pasos de peatones y en plazas públicas si ocupan más del 50% del espacio utilizable para peatones". Además, los perjudicados insisten en que sus terrazas no son peligrosas ni molestas, mientras la federación de empresarios pide el mismo trato para todos los bares y denuncia que la denegación genera inseguridad.