Una marroquí de 36 años y su recién nacido fueron ayer encontrados muertos en su domicilio, aunque fuentes de la investigación calculan que podrían llevar sin vida al menos dos días. A la mujer, según se pudo constatar, le dio tiempo de cortar el cordón umbilical de su hijo, lavarlo y acostarlo envuelto en una toalla, pero después le sobrevino la muerte en el pasillo, lo que pudo causar el fallecimiento del bebé por falta de atención. Fueron hallados en su piso de la calle Ancha.

No había signos de violencia y por eso la hipótesis que cobraba ayer fuerza es que la madre murió desangrada, aunque habrá que esperar a conocer el resultado de la autopsia que se le practicaba ayer al cierre de esta edición. La mujer no llegó a expulsar la placenta y su cuerpo fue encontrado camino del cuarto de baño del piso donde vivía sola desde no hace más de dos meses, según indicaron los vecinos, que apenas la conocían.

Fue otra mujer, que podría ser su hermana, la que dio ayer la voz de alarma al no saber nada de ella desde hacía varios días. Tenía llave del piso, pero estaba cerrado por dentro y tuvo que acudir a mediodía acompañada por la Policía Nacional y los bomberos, que se encontraron la dramática escena.

Sin embargo, el vecindario apenas conocía el alcance de la noticia porque el embarazo y casi su existencia habían pasado desapercibidos aunque en los comercios cercanos a la casa la tenían por una joven amable, correcta y bien arreglada.