Luisa Martín, con 101 años, es la mayor de los homenajeados ayer. Pero también recibieron una simbólica placa Joaquín Calle, Marcelo Paniagua, Demetria Domínguez y Caledonia Rosa Calvo, de los que el menor cuenta con 94 años. Son los más longevos de los hogares de mayores, distinguidos como colofón a una intensa semana festiva con motivo de las sextas jornadas de mayores que organiza el ayuntamiento con su colaboración.

No faltó el baile tras la comida de clausura que reunió en La Despensa al menos a 500 mayores de los hogares de la avenida de la Vera, La Data, Puerta Berrozana y Pradochano en el primer año que ha contado también con la participación de la residencia de San Francisco y el Hogar de Nazaret.

Tampoco faltó la concejala de Mayores, Carmen Blázquez, que tomó buena nota de que se puede ser joven de espíritu en la llamada tercera edad. "Para mí es como vivir una segunda juventud" decía una de las mujeres el martes mientras montaba, perrunilla en mano, en el tren turístico que recorría la ciudad.

A lo largo de la semana ha habido tiempo para todo y los coros de los hogares lo mismo cantaban en el ya tradicional recital del Teatro Alkázar que improvisaban en la plaza Mayor. Pero siempre con el mismo buen humor. Toda una lección de saber sacar provecho a la vida.