El colegio Miralvalle comenzó ayer la construcción de su invernadero, como una experiencia de aprendizaje más para el alumnado infantil de tres y cuatro años. Se trata del primer invernáculo con el que cuenta un colegio local.

La instalación se está construyendo con botellas vacías, y se necesitarán en torno a 1.000 botellas para confeccionar un invernadero de seis por cuatro metros, que se ubica en el patio del centro de infantil del colegio. "Con este simple gesto, reciclar materiales, se enseña a los niños que hay productos que llegan al fin de su vida útil, pero que se puede reutilizar" apuntó el concejal de Medioambiente, Juan Carlos Herrero, que está implicado en este proyecto, puesto que la brigada de obras municipal se ha encargado de realizar la estructura del invernadero.

Los niños ya comenzaron ayer a plantar las primeras semillas del invernadero, que se sumará al huerto ecológico del que ya dispone el colegio y al que se trasplantarán diferentes productos del invernáculo. De esta forma, los más pequeños podrán aprender el ciclo vital y las etapas de diversas plantas a través de su propia experiencia. En definitiva, trasladar el medioambiente a los niños, para que lo conozcan y lo respeten.