Los hosteleros de la calle de los Vinos han reconocido que el pasado fin de semana incumplieron los horarios de cierre de sus locales --como han denunciado los vecinos-- pero lo califican de "causa justificada" por la celebración del festival folk.

Así lo expresó el propietario del bar El Trébol José Manuel Gil, quien habló ayer en nombre de los demás hosteleros de la calle. Gil argumentó que durante los doce años que lleva celebrándose el festival, siempre se ha alargado el horario de cierre, por lo que no dijo haber pedido permiso al nuevo edil de Interior para saltarse el acuerdo de cerrar a las cuatro de la mañana.

En defensa del sector, explicó que "hasta que no acabó el festival, sobre las tres de la mañana, no comenzaron a llenarse los bares. A esa hora estaban repletos de gente, entonces, qué imagen le hubieramos dado a los forasteros si cerramos enseguida", dijo.

Gil comentó que no les gusta ser siempre los "malos de la película porque todo el año cumplimos los horarios, solo nos pasamos en feria, Martes Mayor y en el folk pero se debería de comprender porque, ya que hay pocas cosas de este tipo en la ciudad, han de aprovecharse".

INVITACION AL EDIL Por su parte, el presidente de los hosteleros en la Federación de Empresarios, Felipe Doncel, no quiso hacer declaraciones sobre los horarios de cierre, pero sí sobre los ruidos que generan y por los que el ayuntamiento ha abierto expediente de cierre a dos bares, para advertir: "No todos los bares molestan por igual y no deben pagar justos por pecadores".

De esta forma, el presidente invitó al concejal de Interior, Francisco Martín, "a que se pase por las noches por las calles de la movida porque de oído va a saber quién molesta y quién no". El ruido --destacó-- "es un problema de orden público y debe haber más vigilancia para que no ocurra como el sábado pasado que, a las cinco de la mañana, había una banda de tambores tocando en la calle del Sol".