A los ocho años de haber sido prometido, el tan traído y llevado instituto de San Miguel abrirá el curso próximo con 201 estudiantes matriculados, en primero, segundo y tercero de Secundaria con tres cursos por cada uno, lo que significa que la ratio no supera los 23 alumnos cuando la media es de 30 por aula. También ofertará un ciclo formativo de cocina y, como destacó la concejala de Educación, Flor Prieto, "será puntero en las nuevas tecnologías con un ordenador por alumno".

No obstante el plazo sigue abierto hasta mediados de julio y a falta de secretaría en el nuevo centro, toda la documentación debe gestionarse en el instituto Gabriel y Galán. La concejala, que informó también al consejo escolar municipal, abogó ayer por "quitar etiquetas" de los centros escolares. La apertura del instituto ha sido una constante reivindicación vecinal desde que la Administración, de motu propio, lo ofreciera hace ya ocho años. Hasta cambios de ubicación han ido retrasando su construcción en un rosario de vicisitudes hasta el punto de que en la campaña electoral del 2003, la alcaldesa se comprometió a "meter las máquinas" si ganaba. La licencia de obra no llegó, sin embargo, hasta mayo del 2006. Lo ha construido Magenta y la inversión realizada ha sido de cuatro millones de euros.