Así amanecieron ayer numerosas de las pilas de sillas de las terrazas de la plaza Mayor, como ha ocurrido en San Esteban, para susto mayúsculo de los vecinos cuando escucharon el estruendo al caer al suelo mientras avisaron a la policía local. Recogerlas, volvió a ser el primer cometido de los camareros visto que se ha impuesto una nueva moda de molestar por molestar.