El 27 de octubre del 2003 una tromba de agua inundó la urbanización de Los Pitufos, dejando un panorama desolador. Los afectados pidieron una solución y el ayuntamiento se limitó a destapar los aliviaderos del canal de baños de La Isla. Un año después, la historia ha vuelto a repetirse dejando imágenes de desesperación entre vecinos que temían que su casa se les viniera encima.

Al miedo se ha unido también la impotencia y la rabia contra los responsables municipales que entonces no dieron con la solución, como manifestaba el presidente de la asociación vecinal del Rosal de Ayala, Agapito Díaz: "Da rabia que te digan que el problema está solucionado y que vuelvan las inundaciones cuando ha llovido poco tiempo".

La tromba de agua del jueves fue la gota que colmó el vaso, de ahí que decidieran rebelarse y con ayuda de contenedores y vallas cortaran al tráfico el puente de Adolfo Suárez para forzar al ayuntamiento a una solución inmediata. Se vivieron escenas de dolor e impotencia de quien veía que el agua sucia salía a borbotones por cada agujero de su casa. Poco antes de la tromba una vecina decía: "Esto es un sin vivir, no sé si dentro de una hora el agua se habrá llevado mi casa".

Tampoco faltaron los momentos de tensión con increpaciones a la concejala de Obras, Mónica García, que acudió a la zona con varios técnicos y los ediles Carmen Blázquez y Enrique Tornero. Los policías locales también se presentaron, incluso en coches particulares o taxis debido al déficit de vehículos policiales y sólo dos horas más tarde, acudieron la edil y el jefe de policía.

Curiosamente, al momento la policía desapareció para llevar a su concejala a otras zonas afectadas, con el consiguiente enfado de los ediles: "Nos han dejado solos", se quejó Mónica García. No faltaron los bomberos, la policía nacional y el 112.

Los vecinos no se movieron del puente hasta que se presentaron las máquinas, que trabajaron tarde y noche para abrir una zanja por la que irá una canalización provisional que desviará las aguas hacia el río.

Pero la solución definitiva pasa, según Mónica García, por la ejecución de un colector propio por parte de Céntrica y la obra de los colectores del Jerte. El ayuntamiento dijo el año pasado haber requerido a Céntrica el proyecto, pero García desveló que nunca llegó a hacerse y el lunes prevé, esta vez sí, pedir que lo hagan de inmediato, o de lo contrario, lo llevará a cabo el ayuntamiento.