La necesidad de reducir el déficit público impuesta por la UE ha traído como consecuencia que estrenemos el año con una subida de impuestos. El Gobierno ha pretendido aplicar la fórmula menos dolorosa: no tocar ni el IVA ni el IRPF. Pero, una subida del impuesto de sociedades cuando todavía estamos bogando en el mar bravío de la recuperación económica puede hacernos zozobrar. Se ha elegido el camino más fácil. No se ha tenido el coraje de ajustar los gastos no productivos. Ni de reducir la burocracia de organismos estériles o las prebendas de numerosos cargos públicos.

El aumento de la carga tributaria, amén de afectar a la competitividad de las empresas y reducir, por ende, las exportaciones, produce otros efectos negativos que afectan principalmente a los consumidores. La pérdida de poder adquisitivo cercena el consumo y no ayuda a la recuperación económica, pues no debemos olvidar que el empleo no lo crean las Administraciones públicas, sino la economía productiva.

La propuesta de armonización fiscal entre comunidades es muy interesante, siempre que suponga una igualación por abajo, pues la voracidad fiscal amenaza la inversión y el ahorro de los ciudadanos. En cada campaña electoral los partidos suelen prometer una reforma fiscal. Después, esas promesas se quedan en letra muerta. O, lo que es peor, se acaban subiendo los impuestos indirectos, que afectan más a las clases populares y medias. Es público que los ciudadanos con rentas más altas siempre cuentan con instrumentos que les permiten soslayar una mayor carga impositiva acomodando sus rentas y patrimonio a sicavs, fondos de inversión, paraísos fiscales o, sencillamente, se ven beneficiados por alguna amnistía fiscal, en tanto que el ciudadano de a pie comprueba cómo se hace caer sobre los rendimientos del trabajo o sobre el consumo el mayor peso de la recaudación fiscal. España tiene unos impuestos de los más altos de la zona euro, pero está entre los países que menos recauda. Si queremos reducir el déficit, es hora de afrontar una reforma fiscal seria y justa.